lunes, 25 de marzo de 2013

El Papa Francisco, comenzó su homilía del Domingo de Ramos con voz fuerte y animada, e hizo un llamamiento a todos los fieles, “No sean nunca hombres o mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo”.


Posted: 24 Mar 2013 04:47 AM PDT
 “Nunca se dejen  vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; de saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles”.
También  recordó que: “la entrada triunfal en Jerusalén era un preludio del camino de la Cruz” y  “Vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo”.
Exhorto a “no tener miedo al sacrificio. Pensad en una mamá o un papá: ¡cuántos sacrificios! Pero, ¿por qué lo hacen? Por amor. Y ¿cómo los afrontan? Con alegría, porque son por las personas que aman. La cruz de Cristo, abrazada con amor, no conduce a la tristeza, sino a la alegría”.
El Papa se dirigió a los jóvenes, a quienes invitó  a “Ir y hacer discípulos en todos los pueblos, como recuerda el lema de la Jornada Mundial de la Juventud del próximo mes de julio”.  “Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Les doy cita en aquella gran ciudad de Brasil. Pero no es una excursión. Prepararse  bien, sobre todo espiritualmente en sus comunidades, para que este encuentro sea un signo de fe para el mundo entero”.
Cuando habló de pobreza recordó: “Mi abuela decía que el sudario no tiene bolsillos. Hay que estar desprendido”.
El Papa Francisco denunció las guerras, los conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero y de poder, la corrupción, los crímenes contra la vida humana y contra la creación y dijo que: “con Cristo se puede vencer el mal que hay en los hombres y el mundo”.
Destacó que: “Jesús tomó sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, y lo lavó, lo lavó con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios”.
“Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la Humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, de poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación”.
“Y nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo ya toda la creación”.
También  recordó ‘la entrada de Jesús en Jerusalén’ y afirmó que ‘no lo hizo para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra sino para ser azotado, insultado y ultrajado’.
“Jesús en la cruz siente todo el peso del mal y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección, con Cristo todos podemos vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo”.
Francisco, vestido con ornamentos rojos y portando el báculo, presidió la procesión, que salió de los palacios pontificios y se dirigió hacia el obelisco de Sixto V instalado en el centro de la plaza vaticana.
Tras la procesión, la bendición de los ramos, por primera vez en estos días se procedió a la lectura de la Pasión, a tres voces, Francisco se dirigió a los fieles congregados en la plaza mayor de la Cristiandad y, a través de los medios de comunicación, reunidos en todo el mundo.
Al término de la ceremonia, el Papa Francisco, con una expresión de inmensa alegría,  recorrió en el papamóvil, las calles saludando a la multitud, besando a niños, y enfermos.

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