El Papa Francisco condenó este lunes a los corruptos, particularmente a los cristianos que “adoran a un Dios especial, a ellos mismos”, y “hacen tanto daño a la Iglesia”.

Durante la misa que celebró en la capilla de la residencia Santa Marta en el Vaticano, donde se aloja desde que fue elegido  el Santo Padre,  dijo: “Los corruptos son un peligro, ya que son adoradores de sí mismos, sólo piensan en ellos y consideran que no necesitan a Dios”.

El Pontífice  se refirió a los pecadores, los corruptos y a los santos, entre los cuales citó al papa Juan XXIII, de cuyo fallecimiento se cumplen este lunes 50 años, y es considerado “un modelo de santidad”.

“Los corruptos son pecadores como todos nosotros, pero han dado un paso más, al consolidarse en el pecado”.

El Papa aseguró que: “Pecadores sí, corruptos no”, y  reprobó a los corruptos por hacer mucho daño a la Iglesia, mientras los santos no.