domingo, 21 de abril de 2013

Mons. Mario Aurelio Poli Tomó posesión de la Sede Arzobispal de Buenos Aires.


Arzobispado de Buenos Aires

OFICINA DE PRENSA


Mario Aurelio Poli inició hoy su ministerio como Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina , en una solemne Misa concelebrada frente a la Catedral de Buenos Aires en la Plaza de Mayo.

Estuvieron presentes el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, el titular de la Cámara de Diputados, Julián Dominguez. También asistieron el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri y la vicejefe de Gobierno María Eugenia Vidal , entre otros funcionarios.

La ceremonia comenzó en el interior de la Iglesia Catedral donde Mons. Poli fue recibido por Obispos, Presbíteros, Diáconos y Seminaristas, besó el crucifijo entregado por Monseñor Joaquín Sucunza como su primera expresión de fe, recibió la llave de la Catedral y rezó con todos ellos ante el Santísimo Sacramento.

                              

Finalizada esta celebración, salieron al escenario emplazado frente a la Catedral, donde el Canciller Monseñor Fernando Rissotto leyó la Bula Papal que lo designó como Arzobispo.


Monseñor Sucunza le leyó unas palabras que le envió el Papa Francisco. Entre otras cosas, le dijo: “Te deseo un ministerio paternal y fecundo, y así lo pido al Señor. El pueblo fiel de Dios porteño es querible… no te costará trabajo llevarlo en tu corazón. Este pueblo fiel, que es lo que más extraño desde esta nueva Diócesis”.

Enseguida, recibió el saludo de una delegación de dos sacerdotes (el más anciano y el más joven), dos religiosos, dos religiosas y un conjunto de laicos; entre los cuales se encontraban niños que pronto recibirán su primera comunión.

 A las 16.30 comenzó la Celebración Eucarística donde el Arzobispo concelebró junto a obispos de Buenos Aires.  Durante la homilía enmarcada en el Evangelio del Buen Pastor, aseguró:
“Sólo Jesús cumple las promesas sin defraudar, y como verdadero pastor no quita la vida de nadie, ni se aprovecha de ella, sino que da generosamente lo que ningún otro puede dar: la Vida eterna... Sin la Eucaristía no podemos vivir, no podemos caminar, no existimos”. En concordancia con el corazón apostólico del Papa Francisco, afirmó “Que no me falte en este servicio el amor a los pobres, sufrientes y excluidos”.

                                           

Antes de la última bendición, ofreció un cálido agradecimiento a “Dios Padre Providente, vida y aliento, Jesús luz del mundo y a su Don de Amor, el Espíritu Santo. A la Iglesia que nace del corazón traspasado de cristo y que hoy se ha confiado a su Vicario el Papa Francisco”. Y confesó: “Se imaginan el susto que me dio y todavía no se me pasa, al enterarme que el Papa me eligió para sucederlo en la sede de Buenos Aires. Al susto le siguió un enorme sentimiento de indignidad y pequeñez que tampoco me pasa… Pero reconozco la paz de Dios que empieza a acariciarme. Reconozco el afecto de todos” y agradeció después a los Obispos, Sacerdotes, familia y amigos entre otros.

Por último, se acercó a saludar al Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, al Jefe de Gobierno, Mauricio Macri y demás funcionarios presentes en esta celebración. Así como también, a los sacerdotes y laicos presentes.

Les compartimos fotografías en alta resolución de la celebración de hoy. Los créditos de las mismas corresponden a Marcelo Orlich, reportero gráfico y colaborador del Arzobispado de Buenos Aires.


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