jueves, 13 de febrero de 2014

Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

CUBA

La tradición reconoce a "los tres Juanes" el hallazgo de la Virgen de la Caridad del Cobre, entre 1612 y 1613. Juan de Hoyos, Rodrigo de Hoyos y Juan Moreno, eran sus nombres y tenían entre 9 y 10 años de edad. 


La aparición de la Virgen ocurrió mientras iban a buscar sal en la bahía de Nipe, según el relato de Juan Moreno a la edad de 85 años:
"...habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo Francés antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para la dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios 'parece una niña', y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: 'Yo soy la Virgen de la Caridad', y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto, llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua...".
Pronto se levantó una ermita para acoger la imagen, que luego fue trasladada en más de una ocasión, hasta que finalmente se ubicó en la basílica donde hoy se encuentra, en el santuario nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba.
Su devoción se propagó con extraordinaria rapidez y no ha menguado en la historia del pueblo cubano, como se pudo comprobar hace unos años, con motivo de la visita del papa Benedicto XVI a la isla, cuando se celebraron los 400 años de su aparición y se llevó a cabo una gran peregrinación por toda la isla. El 8 de septiembre se celebra la fiesta de la patrona de Cuba.
ÓSCAR ELIZALDE PRADA 

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

COLOMBIA

La advocación a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá corresponde a un cuadro con la imagen de la Virgen María que fue pintado por Alonso de Narváez hacia 1562, por solicitud del encomendero Antonio de Santana y con la mediación del fraile dominico Andrés Jadraque. 
Para la pintura, de 126 x 113 centímetros, Narváez utilizó un lienzo tejido por indígenas, mezcla de tierra de colores y zumo de yerbas y flores. Junto a la imagen de la virgen del Rosario, se observan la de san Antonio de Padua, al lado derecho, y la de san Andrés apóstol, al lado izquierdo. Fue expuesta en una sencilla capilla hecha de paja en la región de Suta, donde fray Andrés catequizaba a los indígenas.
Con el tiempo, y con la ausencia del fraile, la capilla pasó al olvido. El sol y algunas goteras deterioraron el cuadro. Con la muerte de Santana, Catalina de Irlos, su esposa, se retiró a la aldea de Chiquinquirá llevando consigo el viejo lienzo que ya no era objeto de devoción sino que servía para secar el trigo al sol. Fue la española María Ramos, cuñada del difunto Santana, quien a su llegada a Chiquinquirá decidió recuperar el lienzo maltratado. En su presencia, el 26 de diciembre de 1586 ocurre el milagro de la renovación del cuadro, que recupera sus colores y su belleza original y en adelante se convierte en objeto de devoción popular, bajo la advocación de "Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá"
Hoy el cuadro permanece en la basílica de Chiquinquirá, a tres horas de Bogotá, confiado a la Orden de Predicadores (dominicos). En varias ocasiones se han realizado peregrinaciones para la intercesión de la patrona de Colombia ante las pestes y las guerras. Más recientemente, a finales de 2013, se llevó a cabo una peregrinación por el río Magdalena para orar por el fin del conflicto armado y la reconciliación en Colombia.

ÓSCAR ELIZALDE PRADA 

Virgen del Carmen, patrona de Chile.

CHILE

Su fiesta es el 16 de julio y la primera imagen de la Virgen del Carmen que pisó suelo chileno la portó don Pedro de Valdivia - conquistador y colonizador español - hacia mediados del siglo XVI.


La devoción se difunde a través de la fundación de la Cofradía del Carmen y de la construcción de parroquias, capillas y monasterios confiadas a su protección.
La imagen propiamente dicha fue realizada por Marín de Lecuna en el año 1785 en la ciudad de Quito; fue en tierras de su propiedad donde se la veneraba y desde donde partía la procesión organizada con motivo de la novena en su honor, hasta la Iglesia de San Agustín en Santiago.
La devoción a la Virgen del Carmen está estrechamente ligada a las luchas por la independencia en la América del Sur ya que tanto O'Higgins como San Martín —ambos patriotas de Chile y Argentina respectivamente— se encomiendan a ella en su misión libertadora designándola patrona del Ejército de los Andes.
El 7 de mayo de 1818 se dicta el decreto que determina la iniciación de la construcción de un templo bajo su advocación y el 14 de noviembre de ese mismo año, O'Higgins coloca la primera piedra en los llanos de Maipú. Pero fue durante la primera mitad del siglo XX —la primera piedra fue colocada el 16 de julio de 1944— que se erigió el templo donde se la venera en la actualidad.
Con respecto a su imagen, son dos las más apreciadas por el pueblo chileno: la que se encuentra en el Santuario Nacional de Maipú —la que citamos más arriba, de 1785— y la de la Basílica del Salvador en Santiago de Chile, realizada en Francia, en el siglo XIX, en la Casa Rorissier.
La escultura —tallada en madera tilia— representa a la Virgen María de cuerpo entero llevando en brazos al Niño Jesús. Está tallada en madera de tilia europea, tiene ojos de cristal y está vestida con ropajes a la usanza europea de ese tiempo.
Fue a partir del año 1923 que la Virgen del Carmen se convierte en Patrona de todo el pueblo de Chile, siendo patrona también de los marineros, pescadores y hombres de mar de dicho país.

VIRGINIA BONARD
FUENTES: Portales y Agencias 

Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil.

BRASIL

La historia de Nuestra Señora de Aparecida, la padroeira (patrona) de Brasil, en cuyo santuario tuvo lugar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en el 2007, se remonta a los tiempos de la colonia, en 1716.
Domingos Garcia, Filipe Pedroso y João Alves habían recibido el encargo de hacer una buena pesca en el río Paraíba, con la cual el pueblo de Guaratinguetá deseaba honrar la presencia del gobernador don Pedro de Almeida y Portugal, que se encontraba de paso por la pequeña villa. Después de muchos intentos infructuosos y en medio de la angustia, los pescadores clamaron a la madre de Dios. Al lanzar de nuevo las redes, João Alves encuentra el cuerpo sin cabeza de una pequeña imagen negra de Nuestra Señora de la Concepción. Posteriormente, al lanzar nuevamente las redes, encontró la cabeza. Como en el Evangelio, las redes no daban abasto para la abundante pesca que atribuyeron a la intercesión de la Virgen María.
La imagen fue puesta en un sencillo oratorio y muy pronto comenzó a recibir la visita de los vecinos, que se reunían a cantar y a rezar el rosario. Con el tiempo aumentaron los peregrinos y la imagen de 36 centímetros empieza a ser conocida con la advocación de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida.
El santuario mariano, que se encuentra ubicado en el estado de São Paulo, es considerado el cuarto más grande del mundo. Su basílica puede acoger hasta 45.000 feligreses. El año pasado recibió la visita del papa Francisco con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud.
ÓSCAR ELIZALDE PRADA 

Nuestra Señora de Copacabana.

BOLIVIA

Su nombre completo es Santísima Virgen de la Candelaria, Nuestra Señora de Copacabana, y se la celebra el 5 de agosto.


Situémonos un poquito más de adelante de mediados del siglo XVI, a orillas del bellísimo lago Titicaca. La historia de la confección de esta imagen mariana nos habla de idas y venidas, creencias y supersticiones superpuestas de dos pueblos indígenas bolivianos: los anansayas y los uninsayas.
Las manos de dos hermanos —Francisco Tito Yupanqui y Felipe— trabajaron la arcilla que formaría la imagen de María en su advocación de la Candelaria. Pero los resultados dieron un rostro poco agraciado motivo por el cual fue descartada de los altares. Esto movilizó a Francisco Tito para estudiar escultura y se fue a Potosí. Allí talló otra imagen que tampoco fue aceptada por los interesados originales pero sí por un sacerdote de la localidad de Copacabana. El 2 de febrero de 1583, en los cerros de Guacuyo, comenzó su devoción y su fama de milagrosa.
La primera capilla inició su construcción en 1614, la basílica fue inaugurada como tal en 1678 y el templo como se lo conoce en la actualidad nos remonta al año 1805.
Su rostro es bello, delicado y tiene rasgos indígenas; su imagen que mide un poco más de 1.20 metros, fue realizada en maguey, terminada en estuco y laminada en oro fino. Si observamos sus ropajes, está revestida a la usanza de las princesas incas y sostiene al Niño Jesús como si estuviera por caérsele.
La Virgen de Copacabana fue coronada "reina de la nación" en ocasión del primer centenario de Bolivia el 1° de agosto de 1925.

VIRGINIA BONARD
FUENTES: Portales y Agencias 

Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina.

ARGENTINA

Se la celebra cada 8 de mayo y su historia se remonta al año 1630 cuando una imagen suya llegó al suelo argentino por pedido de un hacendado radicado en Santiago del Estero (actual provincia argentina del mismo nombre). 


Esta imagen llegó desde Brasil junto con otra que tenía también al Niño. Ambas debían llegar a Sumampa y allá fueron viajando en carreta.
A 67 km de Buenos Aires la caravana —con la carreta y las imágenes incluidas— se detuvo, cerquita del río Luján, en la estancia de Rosendo. Y de allí no se movió más hasta que, después de varios intentos subiendo y bajando mercaderías para alivianar la carga, descubrieron que cuando la imagen con la Virgen de Luján quedaba en tierra, la carreta marchaba con normalidad.
Al percibir algo milagroso, los carreteros buscaron a Rosendo y su familia quienes construyeron una capilla pequeña y así estuvo la Virgencita de Luján hasta el año 1674. Este lugar era muy visitado ya que esta historia llegó hasta Buenos Aires.
Entra en este relato el Negro Manuel quien llegó al Río de la Plata en el mismo barco junto con la imagen de la Virgen y fue testigo del milagro de la carreta. El Negro Manuel le dedicó su vida a cuidar a la Virgen, aun después de la muerte de don Rosendo; la tradición popular cuenta las curas milagrosas que realizaba con el sebo de las velas ofrendadas a María de Luján y de los "paseos" que, de noche, hacía la Virgen para visitar a los afligidos.
Fue fundacional el año 1674 en la historia de la Virgen de Luján. Doña Ana Mattos, viuda de Siqueyras, poseedora de muchos terrenos en las zonas aledañas al río Luján, le construyó a la Virgen una capilla en su casa. Dos veces intentaron que la imagen se quedara en su nueva casa, pero, misteriosamente, la imagen volvía a su antigua ermita. Cuando en una tercera oportunidad fue acompañada por el Negrito Manuel y en peregrinación, la imagen ya no se movió de su nuevo hogar que fue autenticado por las autoridades eclesiásticas que permitieron el culto público a la "Pura y Limpia Concepción del Río Luján". Y fue Doña Ana Mattos quien, en 1677, donó el terreno para la construcción del templo nuevo, donde actualmente se venera a la Patrona de la Argentina.
Después de muchos milagros —entre ellos el del primer capellán don Pedro de Montalbo—y construcciones fallidas, fue por impulso y agradecimiento por los favores recibidos de don Juan Lezica y Torrezuri que en 1754 se inició la construcción del templo que finalizó exitosamente en 1763.
Desde 1872 el templo estuvo a cargo de los padres lazaristas. El padre Jorge María Salvaire, quien recibió un milagro de la Virgen de la Luján, fue nombrado párroco en 1889 y le ofrendó su vida a la construcción de lo que se conoce como la actual basílica nacional. La obra —que se prolongó de 1887 a 1935— fue continuada y finalizada en su estructura fundamental por el padre Dávani y sus autores son los arquitectos e ingenieros Alfonso Flamand, Ulrich Courtois, Ernesto Moreau, Rómulo Ayerza y Fleury Tronqoy.
La imagen —que está recubierta de una coraza de plata— mide 38 centímetros, su rostro es moreno, está modelada en terracota. Está vestida con una túnica blanca y un manto celeste fuerte.

VIRGINIA BONARD
FUENTES: Portales y Agencias 

Virgen de Salette, patrona de las islas Antillas.

ANTILLAS
Se la celebra cada 19 de septiembre y su historia nos lleva de viaje hasta los Alpes franceses, a un 19 de septiembre de 1846 cuando su imagen se apareció a dos pastores, Maximinio y Melania. 


Envuelta en una bola de fuego, allí, en esa ocasión extraordinaria y aceptada por la Iglesia como "auténtica, indudable y cierta", la Virgen dejó su mensaje de pedido de más oración y espiritualidad para el mundo entero.
Esta devoción llegó a la isla Dominica —que forma parte de las Antillas— ya que durante un tiempo prolongado estuvo bajo el dominio francés.

VIRGINIA BONARD
FUENTES: Portales y Agencias