lunes, 25 de noviembre de 2013

En un gesto simbólico al clausurar este domingo el “Año de la Fe”, el papa Francisco apretó en sus manos el relicario que contiene la osamenta atribuida a San Pedro, fundador de la Iglesia católica.

papa francisco

La imagen del Papa argentino de 76 años, 265º sucesor de Pedro, totalmente concentrado, con expresión grave, tomando firmemente en sus manos ese relicario de bronce a lo largo de toda la plegaria del “Credo”, fue uno de los momentos más impactantes de una misa muy solemne.
Así concluía “el Año de la fe” en la explanada de la Iglesia San Pedro, en presencia de unos 60.000 fieles de todos los continentes.
Era la primera vez que las reliquias atribuidas a Pedro eran presentadas ante la multitud.
Pedro fue crucificado cabeza abajo en los años 64-70, en el circo de Calígula, donde actualmente se encuentran los jardines del Vaticano.
Esa osamenta fue encontrada en 1940 bajo la basílica.
Los Papas jamás atestiguaron que esa osamenta fuese auténtica sin lugar a dudas. Pero exámenes científicos llegaron a la conclusión de que existía una “probabilidad” de que lo fueran.
Esta misa muy solemne, con cantos en latín, fue también la ocasión de una gran colecta para las víctimas del tifón en las Filipinas.
El sumo pontífice, ligeramente pálido, también entregó su primera carta de exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (“la alegría del Evangelio”), a 36 personas: obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, representantes de movimientos eclesiásticos, así como a dos periodistas y dos artistas, el escultor japonés Etsuro Sotoo y la pintora polaca Anna Gulak.

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