El nuncio en Venezuela dijo: “El celibato no es un dogma y podemos discutir sobre ello ya que es una tradición eclesiástica”.
Esa frase provocó un revuelo mediático, aunque según los expertos “las palabras de Parolin no dicen nada nuevo”.
“Ciertamente no es un dogma”, había asegurado en 1997 en el libro ‘La Sal de la Tierra’ el entonces cardenal Joseph Ratzinger que presidía la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Papa Francisco no hizo referencia a ningún cambio en la situación de los sacerdotes y tampoco habló de ello en la entrevista difundida el jueves por revistas jesuitas, desde que fue electo en el mes de marzo.
Francisco pidió a los sacerdotes que: “vivan su fecundidad espiritual entregándose por completo a la misión de la evangelización”.
El debate sobre la polémica frase de Parolin, se centra principalmente en la ordenación de hombres casados, que ya se practica en las Iglesias orientales y entre los anglicanos vinculados a Roma pero que divide profundamente a la Iglesia.
Curiosamente, la mayoría de los seminaristas y sacerdotes, especialmente los ordenados recientemente, consideran que esta opción no es una solución.
Según los expertos, podría haber dos categorías de sacerdotes: una mayoría seguirían la senda del celibato y los otros serían hombres casados que decidirían convertirse en curas.
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