domingo, 10 de febrero de 2013

Desde que los Apóstoles pasaron por Líbano en su camino a Jerusalén, desde Antioquía y de regreso, fundaron la primera iglesia en Líbano.


LA IGLESIA MARONITA...


...pertenece al rito Siriaco-Araméo que ha heredado y guardado las tradiciones de las primitivas comunidades cristianas de Jerusalén y Antioquía. Los maronitas se sienten orgullosos de pertenecer al Patriarcado de Antioquía, cuyo rito y liturgia datan de la época de los Apóstoles.

Desde que los Apóstoles pasaron por Líbano en su camino a Jerusalén, desde Antioquía y de regreso, fundaron la primera iglesia en Líbano. Se dice, que El Apóstol Pedro, en persona, participó en la cristianización del pueblo libanés. 

Desde entonces, se mantienen fieles a la primera predicación, incluso, en las campañas de persecución, que se remontan al tiempo de los romanos.

El nombre de "Maronitas", tiene su origen en el siglo IV, en el que vivió un famoso monje ermitaño llamado Marón, cuyos discípulos fueron grandes defensores de la ortodoxia cristiana , y conocidos también, por su virtud y sabiduría.

Para escapar de las continuas persecuciones y opresión de los enemigos de la fe: paganos provenientes del Imperio Romano, tiempo después, de la dominación Árabe y del Imperio Turco-Otomano. Los monjes, y numerosos cristianos se refugiaron en Líbano, ocupando desde aquel entonces las inaccesibles montañas, que con el tiempo llegaron a ser fecundas tierras de labor, y vergeles llenos de árboles frutales y vides, todo, fruto del trabajo organizado y duro.

Es indudable, que la nueva patria moldeó y pulió su personalidad y carácter, convirtiéndolos en heraldos de la paz y la convivencia fraterna, entre los pueblos de la tierra. Fueron trabajadores diligentes e industriosos, que sacrificaron su vida por la unidad, la seguridad, la fe y el amor por el rito antioqueño.

Por siglos sufrieron grandes pruebas, persecuciones, servidumbre y muerte, sin embargo, gracias a la perseverancia y santidad de los monjes, pudieron conservar la verdadera fe, ofreciendo a las generaciones que les sucedieron un espíritu de libertad que les preservó de ser asimilados por el Islam.

Los Maronitas fueron líderes en muchos ramos de la cultura y la ciencia como: teología, filosofía, poesía, literatura, arquitectura, pintura y artes. Fueron los primeros en introducir la imprenta, publicando los primeros libros en medio-oriente, además de ser pioneros en la educación primaria y superior, gracias al empeño de los patriarcas y sobre todo de los monjes.

Hoy el pueblo maronita se encuentra extendido por el mundo, su presencia y su voluntad de independencia y conservación del patrimonio territorial y cultural, que les es propio, testifican su calidad espiritual, su piedad y su libertad, que les ha conservado íntegros y a la vez en constante progreso. 

Son conocidos, como trabajadores incansables, devotos de su herencia y de su amor a La Santísima Virgen.

Su ininterrumpida cadena de mártires, confesores y santos como: San Marón, San Juan Marón y los contemporáneos, San Charbel, La Beata Rebeca y el Honorable Padre Al-Hardini a quien el beato Juan Pablo II le concedio la beatificación, que tendrá verificativo el 10 de mayo de 1998, son testigos de la fidelidad, lealtad, y fe al Evangelio como Palabra viva y permanente de Dios.

Han defendido heroicamente su existencia en la libertad dando ejemplo a otros pueblos de unidad y coherencia en su ideal, que es esencialmente un mensaje de amor.

Muchos son los europeos y actualmente americanos que se han sentido atraídos a la Montaña Libanesa, para vivir la experiencia del ascetismo y espiritualidad propios de los maronitas. El Pueblo Maronita lleva inherente su fe y sus tradiciones, llevando, por este motivo, al mundo entero la suave fragancia de las virtudes cristianas a la vida que les rodea.

Cada maronita debería sentirse orgulloso de su herencia y conservar la memoria de sus antepasados, para seguir sus huellas y abrir así el camino a las futuras generaciones para que conserven su cultura, unidad y tradición.

Como Jesús mandó a sus Apóstoles para que fueran a evangelizar todas las naciones e hicieran discípulos, la naciente Iglesia creció y se extendió fuera de Jerusalén. Experimentó otras tradiciones, culturas, costumbres, idiomas, formas de arte, arquitectura y música. 

El oriente y el occidente cristianos expresan las mismas verdades fundamentales de su Fe católica en formas diversas, singulares y con distintos adornos. 

La Iglesia no es lo mismo que un rito.

Dentro de la Iglesia católica existen 22 iglesias autónomas, cada una de las cuales sigue su propio rito.

Todas tienen 3 elementos básicos: La Fe y el dogma Apostólico, Los misterios o Sacramentos y la Unidad en torno al Papa.

Un rito es la liturgia única, la teología, la espiritualidad y el derecho, caracterizados por su propia influencia cultural, lingüística y de tradición.

Al copiar este artículo favor conservar o citar la Fuente: EL CAMINO HACIA DIOS

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